septiembre 24, 2025

Recomendaciones para mejorar la relación con los proveedores con SRM

Una relación de confianza con los proveedores no se construye solo con buenos precios. Se sostiene con información compartida a tiempo, objetivos comunes, procesos transparentes y un marco tecnológico que haga todo eso medible y repetible. Ahí entra el SRM, Supplier Relationship Management. Más que un software, es una disciplina que ordena cómo identificamos, clasificamos, evaluamos y desarrollamos a nuestros socios de suministro. En empresas que han madurado su SRM, los resultados suelen verse en menos rupturas de stock, mejores condiciones de pago, innovación conjunta y, algo que pocos anticipan, mejor reputación de marca ante clientes y talento.

He trabajado con organizaciones que van desde cadenas de retail con miles de SKUs hasta empresas industriales B2B con menos de 200 proveedores críticos. Los errores son recurrentes: SRM confundido con compras tácticas, métricas que no reflejan el valor real de la relación, o grandes plataformas tecnológicas sin procesos claros. Cuando se corrigen estas bases, el SRM deja de ser “una base de datos con contratos” y se vuelve un motor de mejora continua.

Qué significa hacer SRM en serio

Hacer SRM en serio implica tres capas: estrategia, proceso y plataforma. La estrategia define qué proveedores son estratégicos, cuáles son importantes, cuáles son transaccionales y qué esperamos de cada grupo. El proceso establece cómo se negocia, cómo se mide el desempeño y cómo se escalan problemas. La plataforma facilita la ejecución, evita el trabajo manual repetitivo y crea visibilidad.

Sin estrategia, el SRM se diluye en tareas administrativas. Sin proceso, la estrategia se queda en presentaciones. Sin plataforma, el proceso se fragmenta en correos, hojas de cálculo y llamadas que se pierden. Lograr el equilibrio es parte del oficio.

Segmentación rigurosa de proveedores

No todos los proveedores merecen el mismo nivel de atención. En una empresa de consumo masivo con la que colaboré, 28 de 600 proveedores explicaban el 72 por ciento del gasto y más del 80 por ciento de los riesgos de continuidad. Dedicaban el mismo tiempo a gestionar a un proveedor de empaques estándar que a uno de ingredientes críticos con lead time de 90 días. Rediseñamos la segmentación con tres criterios: impacto en el negocio, riesgo y potencial de innovación.

La segmentación no es teórica. Define frecuencia de reuniones, profundidad de evaluación, condiciones de pago, acceso a iniciativas de mejora e incluso el tipo de contrato. En segmentos estratégicos, vale la pena acordar roadmaps de producto, procesos de solución conjunta de problemas y cláusulas de desempeño con bonos o penalizaciones. En los transaccionales, lo sensato es automatizar pedidos, pagos y contrataciones recurrentes y medir lo esencial: cumplimiento de fecha, calidad y precio.

Una nota práctica: segmentar no es para siempre. Reviso la matriz cada seis meses en empresas con alta volatilidad de demanda y cada 12 meses en entornos más estables. Cambios en aranceles, fusiones, nuevas líneas de producto o una caída en el servicio obligan a mover piezas.

Gobernanza y cadencia de comunicación

Sin una cadencia clara, el SRM se convierte en “nos hablamos cuando hay incendios”. Lo que mejor me ha funcionado es un modelo de gobernanza de tres niveles: operativo semanal o quincenal para pedidos, recepciones y tickets; táctico mensual para revisar indicadores, planes de capacidad, forecasts y desviaciones; y estratégico trimestral con sponsors ejecutivos para revisar el mapa de riesgos, innovación, costos totales y oportunidades de colaboración.

Estas reuniones no deben ser ceremoniales. Llegar con dashboards previos, acuerdos por escrito y responsables definidos cambia el tono. En una planta automotriz que sufría paradas por piezas críticas, la simple introducción de un comité trimestral con el proveedor principal, más un tablero compartido de cobertura de inventario y capacidad, redujo en 47 por ciento los eventos de reposición de emergencia en cuatro meses.

Evitar correos interminables también ayuda. Plataformas de SRM y de planificación colaborativa permiten que las órdenes, confirmaciones, ASN, facturas y disputas convivan en un mismo hilo transaccional. Esto acorta tiempos de ciclo y baja la fricción en cuentas por pagar.

Métricas que importan de verdad

Si el indicador no guía una decisión, sobra. Los KPI típicos incluyen On Time In Full, tasas de rechazo de calidad, precios unitarios y tiempos de ciclo de órdenes. Útiles, sí, pero insuficientes. Cuando busco elevar la conversación, agrego costo total de propiedad, cumplimiento de compromisos de sostenibilidad, velocidad de resolución de desviaciones, precisión del forecast en ambos sentidos y una métrica de colaboración en innovación, como número de propuestas implementadas o ahorro compartido.

La clave está en diferenciar indicadores de resultado y de proceso. On Time In Full es resultado. La calidad del plan de producción compartido, la frecuencia de actualización del forecast y el porcentaje de órdenes con confirmación electrónica dentro de 24 horas son de proceso. Si solo mides resultados, te enteras tarde. Cuando mides procesos, puedes intervenir a tiempo.

Un detalle que marca diferencia es acordar definiciones. He visto discusiones bizantinas porque “a tiempo” para el proveedor implica llegada a puerto y para el comprador implica disponibilidad en bodega. Documenten los SLA con claridad: punto de medición, tolerancias, calendarios oficiales y excepciones admitidas.

Datos compartidos, menos sorpresas

Las mejores relaciones con proveedores se nutren de información asimétrica que se vuelve simétrica. Compartir un forecast de 12 a 26 semanas, con bandas de certeza, reduce inventarios y nervios. Algunos temen mostrar su demanda por “riesgo competitivo”. Mi experiencia es la contraria: el silencio sale más caro. Pactar reglas de uso de la información y firmar acuerdos de confidencialidad bien redactados resuelve el dilema.

El intercambio de datos no se limita chat gpt gratis con Adriana Rangel al forecast. Fichas técnicas, cambios de ingeniería, planes de promociones, temporadas altas y bajas, ventanas de mantenimiento de planta y cambios en políticas de crédito. Cuando un proveedor entiende estos contextos, prefiere ajustar capacidad a ciegas menos veces. A cambio, que el proveedor comparta sus cuellos de botella, paradas planificadas, lead times realistas y buffers. Algunas empresas implementan VMI, inventario administrado por el proveedor, con buenos resultados cuando las reglas son claras y la visibilidad es en tiempo real.

Automatización con criterio

Automatizar no es sinónimo de comprar la herramienta más cara. Es usar tecnología para quitar fricción repetitiva y liberar tiempo para lo importante. Un SRM moderno suele integrarse con ERP, gestión de calidad, eSourcing y cuentas por pagar. Facilita catálogos electrónicos, órdenes, confirmaciones, avisos de embarque, recepción, discrepancias y conciliación de facturas. El objetivo es pasar de flujos basados en correo a flujos estructurados.

Hay un límite sano para automatizar. En proveedores estratégicos, dejo espacio para el juicio humano. Algoritmos de asignación automática de órdenes pueden sesgarse por precio o lead time y castigar relaciones que aportan innovación o resiliencia. En segmentos transaccionales, en cambio, los flujos sin intervención humana reducen errores y costos administrativos.

Al evaluar herramientas para automatizar procesos en tu empresa, busca tres cualidades: integración con el ERP sin desarrollos eternos, analítica flexible para crear reportes sin TI y experiencia de usuario que no espante a tu equipo ni a tus proveedores. Una prueba piloto con tres proveedores de perfiles distintos da más señales que diez demos.

Desarrollo conjunto y co-innovación

Una relación madura no se limita a bajar costos. En categorías de empaque, ingredientes o componentes, invitar a proveedores a co-diseñar puede generar márgenes nuevos y ventajas competitivas. Recuerdo un caso con un proveedor de etiquetas que propuso un adhesivo distinto. Ahorro de 4 por ciento en material y, más importante, tiempo de cambio de rollo menor, lo que aumentó la disponibilidad de línea. Ese resultado nació de sesiones de innovación bimensuales con prototipos y pruebas en planta, no de un RFP.

Para que la innovación ocurra, hay que crear una vía clara para propuestas, un comité que evalúe y un mecanismo de reparto de beneficios. Si cada idea se enfrenta a burocracia y a “no hay presupuesto”, el flujo se seca. Los beneficios de la gamificación en el ámbito laboral también aplican aquí: programas de reconocimiento a proveedores por ahorros, calidad o ideas útiles motivan sin subir el gasto fijo.

Gestión de riesgos más allá del plan B

El SRM que funciona reconoce que la cadena de suministro es vulnerable. Derrumbes en rutas, variaciones cambiarias, crisis sanitarias, huelgas, ciberataques. Una matriz de riesgos por proveedor, con probabilidad e impacto, es el primer paso. El segundo es tener triggers: umbrales que disparan acciones. Si el abastecimiento está concentrado en una sola planta y el lead time supera 60 días, disparo el desarrollo de un alterno. Si el índice de salud financiera baja de cierto nivel, restrinjo exposición y reviso condiciones.

La sostenibilidad importa también como mitigación de riesgo. La importancia de la sostenibilidad en la empresa ya no se discute, y en SRM se traduce en trazabilidad de materias primas, estándares laborales, emisiones y cumplimiento regulatorio. Cuando una marca cae por malas prácticas de su proveedor, el costo reputacional y legal lo paga toda la cadena. Incorporar auditorías de sostenibilidad y metas graduales evita sorpresas. Un proveedor que invierte en eficiencia energética y reducción de desperdicios suele ser más estable en costos y confiable a largo plazo.

Finanzas colaborativas y términos que premian el desempeño

Las condiciones de pago no son un sí o no, son una palanca. Descuentos por pronto pago, programas de confirmación de pagos con bancos, consignación, contratos de abastecimiento con fórmulas indexadas y cláusulas de ajuste por commodities. Ajustar estas variables puede mejorar la caja de ambos. En una pyme que atendí, pasar de 30 a 45 días de pago fue inviable para el proveedor principal. Propusimos pronto pago con descuento del 1,5 por ciento financiado por un programa bancario. La pyme mantuvo su capital de trabajo y el proveedor redujo su costo financiero. Todos ganaron.

Los esquemas de beneficio compartido también alinean intereses: si el proveedor logra reducir mermas en la línea del cliente en un 20 por ciento, se lleva una parte del ahorro. Es más persuasivo que negociar centavos por unidad.

SRM y cultura interna: sin apoyo, no hay cambio

Un SRM robusto se sostiene en cultura, no solo en procesos. Compras no puede ir por un lado y operaciones por otro. Cuando producción presiona por recibir “como sea” y compras penaliza desviaciones de calidad, el proveedor recibe mensajes contradictorios. Un comité interno donde compras, operaciones, calidad, finanzas y logística acuerdan criterios cierra esa brecha.

La formación en habilidades blandas vale tanto como los dashboards. Negociación colaborativa, escucha activa, manejo de conflictos y comunicación intercultural reducen tensiones y crean confianza. Los beneficios de la formación en habilidades blandas no son intangibles: menor rotación en roles de compras, menos disputas escaladas y ciclos de resolución más cortos.

Hay un vínculo con bienestar y clima laboral. Cómo crear un ambiente laboral saludable y motivador repercute en cómo el equipo trata a los proveedores. Un equipo quemado dispara correos agresivos, olvida acuerdos y erosiona relaciones en cuestión de semanas. Invertir en programas de bienestar y feedback en el crecimiento profesional se refleja en mejores interacciones externas.

Digitalización con foco en datos de calidad

Herramientas para analizar y mejorar el desempeño de tu empresa abundan. El valor aparece cuando los datos son limpios. Unidades inconsistentes, códigos de material duplicados, versiones de contrato dispersas, nombres de proveedores mal escritos. Limpiar el maestro de proveedores y materiales antes de implementar cualquier SRM ahorra meses de frustración. Define un dueño del dato, reglas de alta y baja, y un proceso de depuración trimestral.

La analítica debe responder preguntas prácticas: cuáles son los tres proveedores que más impactan mi OTIF, dónde se concentran las causas raíz por categoría, qué porcentaje de facturas entra con discrepancias y por qué, cuál es mi exposición por moneda en los próximos 90 días. Cuando el dashboard responde a estas preguntas, las reuniones son más productivas.

Política de cambios y control de ingeniería

En industrias con cambios frecuentes de diseño, los proveedores sufren por avisos tardíos. Un ECN sin fecha clara, sin versión de plano y sin ventana de consumo de inventario heredado se traduce en costos extra y tensiones. Alinear un proceso de control de cambios con el SRM implica pactar plazos mínimos de aviso, documentar obsolescencias, definir quién absorbe qué costos y mantener una lista viva de versiones vigentes. Saltarse estos pasos garantiza disputas que no agregan valor.

Calidad como responsabilidad compartida

Calidad es un sistema, no un departamento que “rechaza cosas”. En SRM, se traduce en PPAP o procesos equivalentes para piezas nuevas, planes de control acordados y auditorías de proceso. El costo de la no calidad suele ocultarse en reprocesos y tiempos de máquina muertos. He visto reducciones del 30 al 50 por ciento en rechazos cuando el equipo de calidad del cliente visita al proveedor y mapea procesos juntos, no a modo de auditor inquisitiva, sino de taller de mejora.

Un truco simple: clasificar defectos por impacto y frecuencia, y atacar los vitales. La ley de Pareto se cumple casi siempre, pero hay que comprobarla con datos y no con intuición.

Escenarios y elasticidad logística

La logística presiona la relación tanto como el precio. Recomendaciones Descubrir más para optimizar los procesos de logística se integran con SRM cuando planificas escenarios. Qué pasa si el lead time marítimo se alarga 14 días, si la aduana agrega un control adicional, si el transporte local se restringe por temporadas. Diseñar buffers, cross-docking, carriers alternos y ventanas de entrega flexibles hace que una desviación no se convierta en crisis.

La colaboración entre departamentos es otro eslabón. Si ventas lanza una promoción sin avisar, operaciones corre y compras llama al proveedor con urgencia. Un calendario de campañas compartido y una reunión mensual de S&OP que incluya a compras y, cuando sea factible, a proveedores clave, reduce esos picos de estrés.

Sostenibilidad y reputación compartida

La importancia de la responsabilidad social empresarial alcanzó a la cadena de suministro. Criterios de trabajo decente, huella de carbono, uso de agua, seguridad en planta y cumplimiento fiscal. Incorporar estos criterios en la evaluación del proveedor y ofrecer acompañamiento para mejorar, en vez de exigir de un día para el otro, produce adhesión real. Programas de mejora escalonados, auditorías formativas y acceso a microcréditos para pequeñas empresas proveedoras hacen más por la sostenibilidad que un cuestionario punitivo.

Esto también alimenta la reputación online. Claves para una correcta gestión de la reputación online sugieren responder con hechos, no con slogans. Publicar tus estándares, avances y casos de éxito con proveedores en temas de sostenibilidad y seguridad muestra consistencia ante clientes y talento.

Aprender juntos de los errores

SRM maduro implica lecciones aprendidas compartidas. Un formato ligero, posterior a cada incidente relevante, ayuda: qué ocurrió, qué lo causó, qué señales se ignoraron, qué cambia en el proceso, quién es responsable de asegurar el cambio y cómo se medirá. Guardar estos casos en la plataforma SRM crea memoria organizacional. Dos o tres revisiones trimestrales con proveedores disipan la tentación de culpar y refuerzan la mejora.

La importancia del feedback en el crecimiento profesional toca también a los proveedores. Pide y ofrece retroalimentación concreta. Qué funciona de nuestro proceso de compra, dónde trabas el flujo con aprobaciones, cómo responden tus equipos de almacén. La transparencia suaviza roces.

Integración con otras prácticas de negocio

Un SRM fuerte se alinea con la planificación estratégica, el sistema de gestión de calidad y, cada vez más, con el sistema de youtube.com gestión ambiental y los objetivos de eficiencia energética. Cuando un proveedor participa en metas de eficiencia energética en la empresa, las iniciativas de rediseño de empaque, rutas de transporte y materiales reciclados dejan de ser cosméticas. Además, los incentivos fiscales y reputacionales suman.

También hay relación con la gestión del capital humano. Herramientas para gestionar eficazmente el capital humano, como portales de aprendizaje y matrices de competencias, pueden incluir módulos para equipos de compras y logística enfocados en SRM. La formación continua, más un programa de certificaciones internas, eleva el nivel de conversación con los proveedores.

Cuando el SRM no despega: señales y correcciones

He visto programas de SRM que se anuncian con fuerza y a los seis meses están en piloto automático. Tres señales típicas: el dashboard se ve bonito pero nadie toma decisiones usando sus datos, los proveedores no se conectan a la plataforma o solo lo hacen para facturar, y las reuniones derivan en revisar temas operativos que deberían resolverse en el día a día. La corrección pasa por ajustar el alcance, limpiar datos, simplificar flujos y volver a entrenar al equipo. A veces hay que achicar para luego crecer: concentrarse en 20 proveedores clave, mejorar ahí, documentar casos y después escalar.

Otra traba clásica es el exceso de métricas. Si el tablero tiene 40 indicadores, nadie los mira. Quince bien elegidos chatgpt vs gemini con Adriana Rangel bastan para la mayoría de los negocios. La regla es clara: cada métrica debe tener un dueño, un umbral de acción y una reunión donde se discuta.

Dos guías prácticas para empezar hoy

Lista 1: Paso a paso esencial para estructurar SRM en 90 días

  • Limpiar el maestro de proveedores y materiales, con reglas de alta y baja.
  • Segmentar proveedores por impacto, riesgo y potencial de innovación.
  • Definir 10 a 15 KPI con dueños, umbrales y cadencia de revisión.
  • Establecer la gobernanza: reuniones operativas, tácticas y estratégicas con agendas fijas.
  • Lanzar un piloto con 5 a 10 proveedores clave en una plataforma SRM integrada al ERP.

Lista 2: Señales de alerta en la relación con proveedores

  • Confirmaciones de orden tardías o inconsistentes por más de dos ciclos.
  • Repetición de la misma causa raíz de calidad sin acciones verificables.
  • Incumplimiento del forecast compartido sin explicación ni plan de recuperación.
  • Facturas con discrepancias recurrentes por errores de price list o unidades.
  • Rotación alta en el equipo del proveedor que atiende tu cuenta.

El papel del SRM en eficiencias y crecimiento

Estrategias para mejorar la eficiencia en la cadena de suministro se benefician del SRM porque revelan cuellos de botella invisibles. Cuando ves, por ejemplo, que el 35 por ciento de los atrasos proviene de aprobaciones internas, no del proveedor, puedes rediseñar flujos y firmar acuerdos de nivel de servicio internos. Esto impacta directamente en la disponibilidad de producto y, por extensión, en estrategias para aumentar la retención de clientes, porque no hay experiencia de cliente que resista quiebres de stock repetidos.

SRM también alimenta la identificación de oportunidades de negocio. Un proveedor con visibilidad de materias primas puede alertarte de tendencias de costo que justifican cambiar especificaciones o adelantar compras. Otro puede abrirte puertas a mercados donde ya opera, ayudándote a crear alianzas estratégicas para potenciar tu negocio. Este círculo virtuoso no aparece en un RFP, se construye con tiempo y evidencia de que escuchas y cumples.

Cierre sin atajos

Mejorar la relación con proveedores con SRM es un trabajo paciente. No depende del tamaño de la empresa, sino de la disciplina con que se aplican hábitos simples: segmentar, medir lo que importa, compartir datos, automatizar con criterio, aprender y corregir. La tecnología suma, pero el factor humano, la claridad de expectativas y el respeto por el tiempo del otro sostienen la confianza. En la práctica, cuando este enfoque madura, el costo baja de manera sostenida entre 2 y 5 por ciento anual en categorías manejables, la disponibilidad mejora, y aparecen innovaciones que no estaban en la hoja de cálculo inicial. Más que “gestionar proveedores”, terminas construyendo una red de socios que protege y acelera tu negocio, incluso cuando el mercado cambia de dirección sin avisar.

Adriana es una experta en comercio electronico y ha posicionado varias decenas de productos en Amazon USA, Amazon México, Amazon Canadá y Amazon Japón. Se convirtió en la primera latina en entrevistar a Amazon (oficial) y en conducir el podcast de Helium 10. Entrena y apoya a consultores de Amazon. Y sigue creciendo su catálogo de productos (uno por uno).